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Thursday, 26 September, 2024 - 05:42

"Me fastidia que gente que no es de Iglesia venga a decirnos cómo tenemos que hacer las cosas"

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Álvaro Campón, párroco de Las Cinco Villas

El párroco Álvaro Campón concede una entrevista en exclusiva a Info5Villas en la que afirma que el Obispado de Ávila “no le ha llamado para nada” tras la recogida de firmas en Villarejo para su destitución y explica su forma de hacer y entender la Iglesia, muy cuestionadas desde los 5 pueblos.

Álvaro Campón Sánchez, el sacerdote al frente de la Unidad Parroquial de las Cinco Villas desde hace dos cursos, atendió la tarde del sábado a Info5Villas en una conversación a raíz de la controversia surgida tras su negativa el pasado miércoles a ofrecer la tradicional Misa de la Peña de las fiestas patronales de Villarejo del Valle, motivo que se suma a otras críticas a su forma de trabajar desde las 5 localidades. Estos son algunos titulares que dejó en la entrevista y debajo está la transcripción completa:

  • “No tengo constancia del comunicado de la Diócesis de Ávila que cita la Cadena SER de Ávila (en el que afirmaban conocer esta polémica y haber recogido las quejas de los vecinos de Villarejo del Valle)”.
  • “Me resultó curioso que el teniente de alcalde de Villarejo fuera el que ofreciera una entrevista a la Cadena SER entrecomillando palabras mías cuando en la vida ha venido a hablar conmigo ni me ha llamado”.
  • “Lo único que estoy intentando es buscar los cauces para que la gente experimente otro modelo de Iglesia en el que se hermanen entre los pueblos”.
  • "Para los cristianos lo importante no es el pueblo, lo importante es la Iglesia".
  • “Desde el primer momento el Obispo de Ávila tiene mi carta de renuncia en la mesa y en el momento en el que él quiera yo estoy disponible para lo que necesite”.
  • “Soy sacerdote para llevar a las almas al cielo, no me preocupan las cosas de esta tierra y no me van a preocupar porque he hecho una opción por la eternidad”.
  • "No voy a mantener tradiciones porque no es mi objetivo, que es llevar y ganar almas al cielo, entonces discerniremos qué tradiciones nos ayudan a evangelizar y qué tradiciones no".

Pregunta: ¡Hola, Álvaro! ¡Muchas gracias por atender a Info5Villas en exclusiva y por recibirme aquí en la Capilla de San Esteban del Valle! Me gustaría empezar la entrevista de otra manera, pero la actualidad manda y hay que hablar del revuelo surgido en las últimas horas en Villarejo tras no ofrecer por tu parte su Misa de la Peña el miércoles, de tu comunicado del viernes y del supuesto comunicado emitido por la Diócesis de Ávila que cita la Cadena SER de Ávila en su noticia también del viernes tras entrevistar a Lucio Miranda, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Villarejo del Valle. ¿Qué tienes que decir a todo esto, aparte de lo señalado en tu comunicado de ayer?

Respuesta: Entiendo que si ellos, la Cadena SER, publican que tienen un comunicado habrá sido un comunicado privado que se les haya hecho a ellos porque yo no tengo constancia de ese comunicado. En la página web de la Diócesis no sale, en las redes sociales de la Diócesis no ha sido publicado y en la misma noticia de la Cadena SER no viene referenciado. Entrecomillan unas palabras que no dicen quién dice porque podían haber llamado por teléfono y que alguna persona dentro del Obispado hubiera dicho esas palabras, pero tampoco dicen quién lo dice con lo cual yo no tengo ninguna constancia y a mí no se me ha comunicado nada. Conmigo la Cadena SER nunca contactó y el Obispado como tal a mí no me ha llamado para nada.

P: Vale, perfecto. Era conveniente y muy importante aclararlo para evitar malentendidos.

R: Como en todas las cosas humanas la gente tiene necesidad de hablar y cada uno hace lo que puede dentro de esa necesidad.

P: A ver si con tu comunicado queda aclarado, pero es verdad que hay mucho enfado en Villarejo y ayer mismo (el viernes 8) en la Misa en honor a su patrona también hubo gente que se sintió dolida y que se salió de ella viviendo, según comentan desde el pueblo, "momentos incómodos".

R: Sí, los hubo, porque este tipo de cosas siempre generan momentos incómodos. Había un grupo de personas que pedían que yo celebrase la misa de manera normal como un día de fiesta, pero yo no entendía que en las circunstancias en las que estamos y después de haber recibido lo que he recibido estos días de alguna parte del pueblo de Villarejo, que gracias a Dios no son todos, pues yo no tenía ni ánimo ni disposición para hacer una cosa normal. Y me parece que la eucaristía es la actualización del misterio redentor de Cristo y creo que el Evangelio tiene que hablar en cada situación real entonces no sé si esperaban que yo omitiese el acontecimiento, pero desde luego yo me sentía con necesidad de ponerle voz evangélica al acontecimiento y es lo que hice. Como explico en el comunicado, siempre que se tocan este tipo de cosas se levantan susceptibilidades y violencias internas de cosas que están arraigadas bien y mal, aquí nada es puro, pero siempre se puede dialogar desde el respeto, desde la tranquilidad, desde la palabra y se puede intentar entender la posición del otro. Cuando uno no está abierto a eso pues no hay posibilidad de dialogar nada.

P: Parece, por lo que comentan muchos vecinos y no sólo de allí, que quizá la polémica no venga por ese momento en concreto de no dar la Misa de la Peña sino por lo que denuncian también desde el Ayuntamiento de Villarejo en esta entrevista que mencionábamos en la Cadena SER de poner trabas por tu parte para tampoco oficiar entierros o bautizos, modificar la celebración del Corpus Christi…

R: Te contesto con toda la tranquilidad del mundo. Me resultó curioso que el teniente de alcalde de Villarejo, que no aparece nunca por la Iglesia, fuera el que ofreciera una entrevista a la Cadena SER entrecomillando palabras mías cuando en la vida ha venido a hablar conmigo ni me ha llamado. Eso ya me sorprende. Como explico bien en el comunicado, yo desde que llegué tengo una tarea compleja porque estos pueblos, toda la Iglesia en general, pero estos pueblos en particular requieren una nueva visión eclesial que permita que la Iglesia sea evangelizadora y hable desde el siglo XXI a la gente del siglo XXI. Entonces yo lo único que estoy intentando es buscar los cauces para que la gente experimente otro modelo de Iglesia: que se hermanen entre los pueblos, que puedan vivir los cristianos y que sean capaces de experimentar lo que supone la alegría de la fe. Pero, claro, me encuentro con dos trabas: la primera es que hay un elevado cristianismo sociológico, es decir, hay gente que considera el cristianismo como un reducto cultural al que se agarran porque es propio de la cultura y la tradición de su pueblo. Reducen el cristianismo, lo sacan de la experiencia religiosa y lo traducen en una expresión o una manifestación tradicional y folclórica de su pueblo que los hace únicos. Cuando tú reduces el cristianismo a esto entonces estás buscando en el cristianismo un interés y anulas el mensaje evangélico porque lo que tú experimentas cuando eres cristiano es la necesidad de entregarte, como Jesús se entrega en la cruz, y no en la necesidad de reclamar ni de pedir ni de exigir como precisamente están haciendo ellos. Entonces hay un fuerte cristianismo sociológico que no son creyentes y hay que llamarlos así y tienen su manera de ver la Iglesia, a Cristo, a los Santos y a la Virgen, que tienen su forma cultural de expresar eso que llevan dentro, pero que no participan de la comunidad, que no se implican en la parroquia, que no viven en la vida de la Iglesia ordinaria entonces a mí me fastidia bastante, y te lo confieso con toda la naturalidad, que gente que no es de Iglesia venga a decirnos a la Iglesia cómo tenemos que hacer las cosas.

P: Lo que pasa que ahí se choca con el mensaje que decíamos antes de la apertura de la Iglesia a los pueblos, es decir, no es que la Iglesia tenga que permitir todo, pero ¿no podría haber un entendimiento de una forma más fácil precisamente al ser pueblos pequeños y con tradiciones muy arraigadas y que siguen en el siglo XXI?

R: Yo no sé hacerlo de otra manera. Yo estoy desbordado por la cantidad de cosas que hay, tengo que tomar una decisión justa y ecuánime para todos, que respete lo fundamental y que vaya haciendo entender a la gente que para los cristianos lo importante no es el pueblo, lo importante es la Iglesia. Entonces yo intento unificar lo más posible como hemos hecho con el Corpus, la Navidad o la Vigilia Pascual porque entiendo que tenemos que vivir todos como un mismo cuerpo como hermanos porque si no va a llegar un momento en el que no haya sacerdotes. Entonces cuando no los haya y no se puedan celebrar en todos los sitios porque sea imposible, porque ahora todavía se puede hacer un esfuerzo sobrehumano y tirar de los sacerdotes hasta que los sacerdotes rompen, pero cuando ya sea imposible de verdad pues al final como las comunidades se han acostumbrado a ser servidas y no a buscar una manera de hacer crecer la Iglesia, de constituirse en comunidades vivas, de anunciar el Evangelio por sí mismas, comunidades maduras y formadas… cuando esto sea imposible nos echaremos las manos a la cabeza.

P: Precisamente aprovechando que, como dices, todavía sois bastantes sacerdotes, ¿no has comentado nunca en el Obispado de Ávila que, según afirmas, "no te da la vida para atender justamente a estos 5 pueblos"?

R: Cuando a mí se me pregunta yo expongo la situación y la planteo tal y como yo la veo. Hay unos directorios en la Diócesis para trabajar pastoralmente, hay unas instrucciones de la Iglesia universal, hay una doctrina del Papa, que nos está pidiendo en la Iglesia una serie de cambios especialmente para transformar las estructuras pastorales caducas que son un lastre para la evangelización para que la Iglesia verdaderamente anuncie el mensaje de Cristo. Porque al final la misa se convierte en un producto cultural más de las fiestas, en un apósito. La misa, la capea, la comida, etcétera, entonces cuando se quita o se transforma alguna cosa de estas pues es un elemento de las fiestas y no tiene nada que ver con la cuestión religiosa. No hay un balance religioso porque a la gente que sopesa eso no le importa lo religioso.

P: Vamos a hablar ahora de cómo es la vida diaria de un sacerdote en una comarca como esta con 5 pueblos con tanto que atender. ¿Cómo es tu día a día y cómo está siendo tu trayectoria hasta ahora desde que llegaste al Barranco?

R: El día a día es muy sencillo. Hay 5 días a la semana y dedicamos cada día a un pueblo, es decir, en cada uno hacemos una actividad colectiva para todos y después tenemos la eucaristía de diario. El martes en la Capilla en San Esteban y luego una adoración al Santísimo para la parroquia de las 5 Comunidades. Te cuento los horarios del año pasado, pero son prácticamente los mismos. El miércoles tenemos encuentro de la Coral del Valle en Cuevas y después nos quedamos en la eucaristía allí. El jueves tenemos la formación de los adultos de la Parroquia, una catequesis bíblica y luego nos quedamos todos a la eucaristía en Mombeltrán. El viernes por la mañana tenemos la misa en Villarejo porque allí les gusta la misa por la mañana y accedimos a tenerla en esa franja y después el fin de semana está más dedicado a los jóvenes. El viernes por la noche tenemos grupo de adolescentes y jóvenes de Las 5 Villas, Arenas de San Pedro (incluidas La Parra y Ramacastañas), Guisando, El Hornillo, El Arenal… y el sábado por la noche tenemos encuentro arciprestal de universitarios en Lanzahíta. Nos reunimos allí los universitarios desde Sotillo de la Adrada hasta Candeleda, incluidos los de Las 5 Villas. Los domingos en principio teníamos 5 misas porque venía un sacerdote a echarnos una mano, pero este año a lo mejor no podemos porque tiene cáncer. Aunque está bastante bien y se está recuperando pues este tiempo con la quimioterapia le va a ser incompatible ayudar con lo cual seguramente tengamos que reducir misas este curso y no podremos decir misas todos los domingos en todas las parroquias. Eso va a ser otra batalla porque yo no puedo estar en 2 sitios a la vez así que así estamos. Luego los martes por la tarde además tenemos la catequesis de comunión, los miércoles por la tarde la catequesis de confirmación y luego tenemos actividades varias a lo largo del año como por ejemplo peregrinación a un sitio nacional, otra internacional, convivencias… Se ofrecen a los jóvenes todos los viajes, las peregrinaciones y las convivencias de la Pastoral Juvenil, en la que yo también trabajo. Aunque dedico más tiempo a los mayores que a los jóvenes he optado por hacer una dedicación más específica a los jóvenes porque creo que son el futuro de la Iglesia.

P: Volviendo a lo de que próximamente será difícil hacer las misas de los domingos en los 5 pueblos, ¿habéis pensado ya cómo organizarlas? Más que nada por si se puede ir avisando ya a la gente a través de esta entrevista.

R: Aunque algunos me acusen de lo contrario, en la Parroquia hay un Consejo, conformado por gente de las 5 Comunidades, en el que nos reunimos y exponemos los problemas que hay intentando buscar juntos la mejor solución para todos. Yo quería convocar la semana que viene un Consejo para hablar este tema, pero con todo este lío a lo mejor tenemos que dar un poco de aire y esperar a más adelante a que se sosiegue la cosa. De todas maneras, la opción por unificar la Parroquia está hecha y los pasos vamos a darlos porque hay que darlos. A veces no hay suficiente madurez eclesial como para ver la necesidad de todos los pasos, pero yo sí que tengo una experiencia y es que la gente que está entrando, que es mucha y cada vez más gracias a Dios, está teniendo una experiencia de Iglesia completamente nueva y renovada y le está cambiando la vida con lo cual eso es un brote de esperanza.

P: ¿Qué es lo que más te llamó la atención al llegar por primera vez al Barranco de las Cinco Villas y qué conocías de esta zona antes? Imagino que seguramente la vida de San Pedro Bautista, en cuya Casa estamos ahora mismo conversando, o a los otros patrones y las otras vírgenes de cada sitio…

R: Pues conocía muy poco, era una zona de la Diócesis que no conocía religiosamente. Su naturaleza sí porque siempre me han gustado la montaña y la naturaleza, pero no conocía los pueblos ni su idiosincrasia. Yo soy de ciudad y cambia un poquito la mentalidad entre el pueblo y la ciudad. Reconozco que a mí me ha costado bastante, pero bueno, son cosas circunstanciales a las que uno se tiene que adaptar. Dios pone en el camino siempre muchas personas que te van ayudando con su cariño y su ternura a ir descubriendo las comunidades como un regalo. Es verdad que la visión que yo tengo para la Parroquia, que creo que es la visión de la Iglesia para el mundo de hoy, de ofrecer a la gente de esta tierra el mensaje del Evangelio choca mucho con la manera de vivir la Iglesia en estos pueblos, que se ha mantenido durante muchos años, muchos años, muchos años de la misma manera. Y lo que más me llamó la atención es la tolerancia a determinadas cosas que hay en los pueblos. Me llama la atención cómo se tolera con toda naturalidad que los adolescentes se emborrachen durante las fiestas sin mesura. Me sorprende la cantidad de drogas que hay. Me sorprenden las edades a las que se empiezan a consumir drogas. Me sorprende que nadie haga nada. Me sorprende que la gente no quiera trabajar, especialmente los jóvenes. Me sorprende que los bares no encuentren camareros. Me sorprende que una zona tan rica, tan bella, con tantas posibilidades a nivel artístico-cultural o a nivel natural esté tan poco explotada. Me sorprenden muchas cosas.

P: Bueno, pero desgraciadamente algunas de esas cosas también pasan en la ciudad.

R: Bueno, de manera distinta. Al menos por mi experiencia en la ciudad no es esa. No es que los jóvenes no beban, pero mi experiencia es que en la ciudad si con 14 años te tomas una copa de más y te pilla tu padre te tragas el vaso, y perdón por la expresión, pero yo aquí veo una connivencia y una tolerancia grandes a ese tipo de cosas que me sorprenden mucho, siempre con excepciones, pero me sorprende mucho.

P: Entonces por calificar numéricamente, por así decir, tu experiencia aquí o como quieras hacerla ¿cómo sería? Además, creo que son 4 ó 6 años el mandato, ¿verdad?

R: Sí, son 6 años. Llevo 2 cursos y me quedan 4 por delante si nadie dice nada. Desde el primer momento el Obispo tiene mi carta de renuncia en la mesa, yo ya se la presenté al Obispo y en el momento en el que él quiera yo estoy disponible para lo que necesite, tanto como para seguir como para irme. Yo estoy disponible para la Iglesia, yo me he consagrado a la Iglesia y a Dios y creo que la obediencia nos salva. Sí creo que cuando uno está en un sitio el Obispado tiene que tener la confianza de decir: “pues esta persona es la que mejor está viendo cuál es la situación y la que está optando por determinadas cosas”. Es decir, cuando uno llama al Obispado como si le fueran a dar soluciones mágicas es más difícil dar una solución cuando no conoces el terreno que cuando lo conoces.

P: Retomando el tema de las tradiciones de nuestra zona, una de ellas es que distintas personas se encarguen durante todo un año de decorar las ermitas y capillas, los llamados Mayordomos. Al cambiar anualmente ya has conocido a varios y si continúas seguirás conociendo a más. ¿Cómo es la relación con ellos, cómo lo ves y qué te parece que se haga así?

R: Entiendo que es una manera de servir a la Iglesia y de adquirir una responsabilidad de una forma concreta y particular. Me sorprende bastante que haya gente que sin pisar la Iglesia quiera ser mayordomo y me sorprende no conocer a algunos antes de que lo sean.

P: Pero es verdad que una vez que te apuntas a la lista para serlo pasan años hasta que lo eres porque la lista de espera es larga, algunos no viven en cada pueblo de forma continua...

R: Sí, pero yo conozco a mucha gente que viene de Madrid los fines de semana y los veo en misa todos los domingos, me sé sus nombres, sales por la calle y te paras con ellos… Pero me sorprende que gente alejada de la Iglesia o que no tenga relación directa con la Iglesia sean mayordomos.

P: ¿Pero no crees que puede ser porque les haga querer ser Mayordomos la fe a su Santo o a su Virgen, es decir, al patrón o a la patrona de su pueblo?

R: Es que eso no es fe, la fe es en Dios. El contenido de la fe es el Credo y la comunión de los Santos pertenece al Credo. Uno cree en los Santos en tanto que cree en Dios entonces me sorprende, simplemente. No puedo decirte más porque no tengo ningún elemento objetivo para medir.

P: Vamos a hablar ahora del tema de las visitas que realiza la Unidad Parroquial a las personas mayores o a gente que desgraciadamente está sufriendo alguna enfermedad. Aquí donde hay más gente mayor y de los 5 pueblos es en la Residencia de Mayores de Mombeltrán. ¿Cómo son y cómo se organizan todas esas visitas?

R: El cuidado de ancianos y mayores es desde siempre una prioridad de la Iglesia y aquí te quiero hablar de muchas cosas. Una cosa son los mayores y aquellos que no pueden acudir a la eucaristía. Para ellos yo intento que siempre haya alguien de confianza que con un píxide (una cajita en la que se deposita el cuerpo de Cristo) pueda hacerlos partícipes de la eucaristía comunitaria llevándosela ellos, estando en contacto gente de la Comunidad directamente con esos enfermos y teniendo contacto conmigo para decir: “oye, a lo mejor haría falta ir a confesarlos o sería bueno que fueras a verlo porque está muy malito o porque tiene ganas de hablar con el cura”. El cura no puede pasar todas las semanas a hacer eso, pero sí puede mandar a alguien de la Comunidad, donde gracias a Dios hay ya mucha gente que está haciendo este servicio, llevar la comunión a los enfermos. En algunos lugares voy yo directamente por alguna razón concreta (casos complicados, otros que no se pueden comentar a nadie…) y desde la Unidad Parroquial se pidió que los enfermos o sus familiares fueran activos en el querer recibir la comunión. Entonces cuando alguno no tiene a alguien asignado se ponen en contacto conmigo mandándome un mensaje y voy en cuanto puedo. Con la Residencia ha pasado algo curioso. Cuando llegué a Las 5 Villas me llamó el director para decirme que el anterior párroco, Luis Carlos, daba allí misa de vez en cuando y me mostró una sala en la que en ese momento había una televisión y gente jugando al dominó y me dijo que impartían la misa allí y en verano en el patio diciéndome que para la eucaristía traía todo el cura. Yo me sorprendí mucho sobre todo cuando me enteré por gente del pueblo de que la Residencia tenía una capilla con un sagrario y cosas que pertenecían a la parroquia que aún no habían devuelto. Entonces les planteé por escrito un convenio en el que les pedía 3 cosas: la primera que tuvieran un lugar habilitado y específico para celebrar la eucaristía porque yo no iba a celebrarla donde estaban jugando al dominó o viendo la tele porque no me parecía digno; la segunda que se encargaran ellos del material de la eucaristía (que comprasen un cáliz, una patena, que tuvieran las formas, el vino…) aunque ya no tuvieran la capilla, que convirtieron creo en una sala polivalente y la tercera cosa que les pedía era que, en el caso de no poder ir yo, pagasen la gasolina al sacerdote que acudiese por mí, cosa lógica y normal y que creo que no era nada del otro mundo. La contestación del director fue que en ninguna de las Residencias en las que había estado la Iglesia Católica les cobraba por decir misas y me dijo que los ancianos estaban desasistidos espiritualmente. Le dije que la Iglesia estaba abierta, que los que estaban recibiendo dinero por asistir a los ancianos eran ellos y que podían traerlos a la Iglesia cuando quisieran: el día de Navidad, la Pascua, el día de la Virgen y todos los días que quisieran y que si cualquier persona o familia de la Residencia a nivel particular me dice “ven a verme” yo actúo igual que si me llamara desde una casa, pero como Residencia ellos se negaron a firmar este convenio, que yo considero lógico y normal y que es una manera de salvaguardar los intereses de todos. Yo entiendo que toda la vida se ha hecho de otra manera y nunca ha habido problemas, pero a mí me gustan las cosas claras y el chocolate espeso. Les pedí una serie de cosas que ellos no aceptaron y ahí se ha quedado así que sufriendo porque me gustaría que fuera de otra manera, pero desde luego espero por su parte un paso en otro sentido.

P: Pues a ver qué tal… Volviendo al Obispado, ahora que Ávila desde el mes de julio tiene nuevo Obispo con la ordenación de Monseñor Jesús Rico, querría saber si ha dado ya indicaciones a las parroquias de la provincia o si le conoces personalmente. ¿Cómo está siendo el trato?

R: Le conozco personalmente y es un hombre de una sencillez entrañable. Un hombre inteligente que ha trabajado siempre con sacerdotes, en la formación de sacerdotes, con lo cual tiene mucho manejo de la situación. Hay que dejarle ubicarse porque llegó en pleno verano, cuando está todo revuelto, entonces creo que hay darle un tiempo para que él vea, juzgue, valore y elija un proyecto o nos anime a todos a ir hacia un mismo lugar, que siempre es Cristo, pero se puede enfocar de distintas maneras y yo estoy al servicio de lo que el Obispo disponga para nuestra Iglesia. Ahora está en Roma haciendo el curso en el que preparan a los obispos nuevos.

P: Ya para terminar, Álvaro, te voy a dejar que hagas algún comentario o alguna reflexión para cerrar la entrevista de la manera que quieras y con total libertad, por supuesto.

R: Solamente dos cosas. La primera es que normalmente tenemos miedo a lo nuevo porque nos anclamos en una manera de pensar, de vivir y de hacer y entonces la rutina nos da seguridad. Normalmente cuando hay una novedad o alguien plantea cosas nuevas nos genera nerviosismo porque vamos a tener que salir de nuestra zona de confort y nuestro espacio controlado. Yo sí pido a aquellos que todavía no hayan dado el paso a salir de esa zona de confort que prueben y que experimenten a vivir la Iglesia de otra manera, ya hay muchos que lo están haciendo y vivir la vida desde Cristo no tiene nada que ver con ser cristiano de nombre, vivir la vida desde Cristo es otra cosa. Les animo a salir. Y la segunda cosa es lo que dije el jueves a los de Villarejo en el traslado de la Virgen: yo me he consagrado sacerdote y soy sacerdote para llevar a las almas al cielo, no sé ser sacerdote de otra manera. No me preocupan las cosas de esta tierra y no me van a preocupar porque he hecho una opción por la eternidad entonces no me van a preocupar. Entonces pedir disculpas a aquellos que esperaran de mí algo que yo no puedo darles. Yo no voy a mantener tradiciones porque no es mi objetivo, mi objetivo es llevar y ganar almas al cielo entonces discerniremos qué tradiciones nos ayudan a evangelizar y qué tradiciones no nos ayudan a evangelizar, a anunciar a Dios, e iremos abriendo camino entre todos sabiendo que, con esto, cuando uno anuncia el Evangelio y Dios se acerca, el diablo también se pone nervioso y empieza a mover la cola.

P: Pues dicho queda por tu parte. Hasta aquí la entrevista. ¡Muchas gracias por atender a Info5Villas, Álvaro!

R: Nada, encantado. ¡Muchas gracias a ti!

 

(Imagen tomada por Sergio Latorre González).