El sacerdote de la Unidad Parroquial de las Cinco Villas, Álvaro Campón, publicó el pasado viernes un escrito para explicar sus motivos tras no ofrecer la Misa de la Peña de Villarejo.
Info5Villas reproduce aquí el comunicado íntegro firmado a fecha del viernes 8 de septiembre desde Villarejo del Valle por el párroco responsable de la Unidad Parroquial de las Cinco Villas, Álvaro Campón, "con el deseo de zanjar la polémica y seguir caminando juntos para llegar a la eternidad", señaló textualmente. El texto es el siguiente:
<< Queridos feligreses:
Ante la situación que todos habéis presenciado en las redes sociales y también en directo durante estos días, quiero tener una palabra con vosotros. Desde que llegué he insistido fundamentalmente en 2 cosas: la unidad entre nosotros y el cambio de modelo de Iglesia. Es evidente que el modelo no evangeliza, que los jóvenes no conocen a Cristo, que no surgen vocaciones a la vida consagrada, ni al sacerdocio y tampoco al matrimonio (pues los pocos que se casan no lo viven como llamada de Dios), que el cambio es absolutamente necesario e inminente y que en algún momento habría que darlo. Me apena profundamente que no haya experiencia de familia en la Iglesia, en nuestra Iglesia particular, pero me apena aún más que Cristo, la Virgen y los Santos estén quedando relegados a una cuestión cultural, “del pueblo”, “de la tradición” que más que unirnos con el resto de cristianos, nos diferencia.
La falta de vocaciones sacerdotales, la necesidad de reunificar y convertir las estructuras pastorales que tenemos para que sean realmente evangelizadoras es absolutamente apremiante. No tenemos cristianos que estén dispuestos a negarse a sí mismos, a cargar con la cruz y a seguir al Señor. Somos pocos, pero muchos ya habéis experimentado lo que podría suponer este cambio en la manera de vivir la fe y la Iglesia. Los pasos que se van dando, especialmente algunos que tocan temas como la religiosidad popular, generan mucha controversia, y especialmente, como estáis comprobando generan violencia en personas que no pisan la comunidad en todo el año, que no colaboran en nada y sin embargo se ven con derecho a exigir. Desde que llegué me he sentido tratado por muchos de ellos como una máquina expendedora, como un funcionario de sacramentos que no tiene nada que explicar o que decir.
Respecto del último de los acontecimientos, explicar solamente dos cosas: ya decidí en su día que “no se celebran misas particulares” para ninguna de las comunidades para ser justos c on todos. Si celebro la misa de la Peña, tengo también que celebrar la de la asociación de jubilados, la de las amas de casa y un sinfín de grupos que hay entre las 5 comunidades. Como no puedo llegar a todos, he buscado una solución alternativa. A todos los que quieran solicitar una intención para la eucaristía tienen 2 días a la semana par hacerlo en cada comunidad: el día de diario que se celebre la misa y el domingo. Pese a esto, y abierto a que otro sacerdote pudiera celebrar, si lo encontraban, les di a los de la Peña esa posibilidad. Una semana después, dos personas relacionadas directamente con los encargados de la Peña vinieron a increparme y a hacer reproches con una falta de educación terrible, insultos y violencia verbal, de lo cual hay testigos de la comunidad.
Ante esta situación, y ante toda la comunidad en la eucaristía de ese domingo, expliqué lo que pasaba y puse una condición para que otro sacerdote viniese a celebrar la misa de la Peña: que las dos personas que vinieron a increparme pidiesen perdón. Esto se lo comuniqué de forma personal a la alcaldesa, que se ofreció a mediar. Dije textualmente: “si no hay carta, no hay misa”. Y añadí: “espero que venzan las ganas de eucaristía y no el orgullo”. Desde entonces no he tenido comunicación por su parte. Por supuesto, le pedí al sacerdote Carlos Bermejo, oriundo de Villarejo, que, aunque él estuviera allí, respetara mi decisión y las condiciones que les había puesto para celebrar la misa. Por supuesto, ninguno de los que salen en los medios entrecomillando mis palabras han tenido el valor de llamarme para saber qué es lo que yo decía directamente, así que supongo que hablarán de oídas. Por mi parte queda todo explicado con este comunicado y no voy a entrar en más polémicas. En él no quiero hacer guerra, sino explicar mi verdad y cómo yo lo he vivido. Como sacerdote me preocupa la salvación de las almas y no estoy dispuesto a convertirme en una máquina de expender sacramentos ni en un funcionario. Y pido perdón a quien se defraude porque esperase de mí otra cosa. Soy pastor de un pueblo con el que camino hacia lo eterno y no voy a detenerme en las cosas banales de este mundo. Por último, me gustaría agradecer a la comunidad la infinidad de mensajes y llamadas de ánimo que habéis hecho y la oración de muchos de vosotros; aunque busco siempre vivir delante de Dios, mi fragilidad humana, de vez en cuando, echa de menos este apoyo inestimable. Gracias de corazón y ¡viva la Virgen de Gracia! >>
Tal y como publicó Info5Villas el pasado miércoles, numerosos habitantes de Villarejo del Valle se mostraron muy enfadados con el párroco por no oficiar su tradicional Misa de la Peña como todas las mañanas del 6 de septiembre desde la fundación de la misma hace más de 70 años, motivo por el que empezaron a recoger firmas solicitando al Obispado de Ávila su destitución. El enojo vecinal continuó en la Misa por su patrona, la Virgen de Gracia, la mañana del viernes 8 "por sus continuas pullas contra el pueblo y calificarnos como terroristas", según han afirmado algunos de ellos a este medio durante el fin de semana, lo que propició que muchos salieran de la Iglesia antes de terminar la homilía. "No nos salimos todos por respeto a los Mayordomos", sentenció otra vecina.
El comunicado fue enviado a las 18:13 del viernes 8 a través del número de WhatsApp de la Unidad Parroquial de las Cinco Villas y recibido en ese momento por quienes están suscritos a ella a través de este sistema de mensajería.
(Imagen de archivo).